Este es un plato que hay que dejárselo hacer a los milaneses, siendo una especialidad de la cocina lombarda.
Intento describirlo sin ninguna pretensión, con el temor de que se burlen de mí.
El osso buco es un trozo de hueso musculoso y hueco de la extremidad del muslo o de la espalda de la ternera lechal, que se cocina en salsa de manera que resulta delicado y gustoso. Poned al fuego tantas piezas cuantas personas son las que vayan a comerlo, sobre un picadillo de cebolla, apio, zanahoria y un trozo de mantequilla; condimentadlo con sal y pimienta. Cuando haya tomado sabor añadid otro trozo de mantequilla enharinado para darle color y para ligar la salsa y llevadlo a cocción con agua y jugo de tomate o conserva.
A la salsa, triturada, desengrasada y puesta nuevamente en el fuego, añadidle aroma con la cáscara de un limón cortada a trocitos, añadiendo una pizca de perejil triturado antes de retirarla del fuego.
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