300 gr. de patata. Dos cucharadas bien colmadas de parmesano. 2 huevos. Aroma de nuez moscada. Harina, cuanto sea necesaria.
Hervid las patatas, peladlas y pasadlas calientes por el tamiz sobre un velo de harina. Haced un agujero sobre la montaña de patata, saladla, aromatizadla con nuez moscada y añadid los huevos y el parmesano. Después con la menos harina posible, formad una pasta mórbida y larga que dividiréis en 18 partes y a cada una de éstas, con los dedos enharinados, haced un pequeño agujero para rellenarlo con un picadillo de carne. Poned encima los bordes para cubrirlo y, con las manos enharinadas, formad bolas redondas que freiréis en manteca de cerdo o en aceite, mandándolas a la mesa como guarnición de una fritura de carne.
Es un plato aparente, bueno y económico porque el relleno también podéis hacerlo con los restos de una gallina, cuando os acontezca, si incluyen la cresta, la molleja hervida antes y los huevos no natos, cocinados con un pequeño picadillo de cebolla y mantequilla, añadiendo después una lonchita de jamón veteado cortado a daditos y todo lo demás triturado.
Si no tenéis la gallina, haced el relleno de otra forma.
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