Es una menestra de hacerle honores; pero si no queréis consumir a propósito para ella una pechuga de pollastra o de capón, esperead a que se os dé la ocasión.
Coced en el agua, o mejor al vapor, 200 gr. de patatas grandes y harinosas y pasadlas por el tamiz. A éstas unidles la pechuga de pollo hervido triturado con la media luna, 40 gramos de parmesano rallado, dos yemas de huevo, la sal que se necesite y aroma de nuez moscada.
Mezclad y verted la mezcla en la tabla sobre 30 ó 40 gr. de harina (que deben ser suficientes) para ligarlo y poderlo alargar en bastoncillos de grosor como el dedo meñique.
Cortad éstos a daditos y echadlos en el caldo hirviendo donde una cocción de cinco o seis minutos será suficiente.
Estas cantidades pueden servir para siete u ocho personas. Si la pechuga de pollo es grande, solo dos yemas no serán suficientes.
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