500 gr. de bacalao salado, así dividido:
300 gr. de lomo; 200 gr. de ventresca.
Quitadle la piel y todos los espìnazos, después cortad la parte del lomo en lonchas finas y la ventresca en dados de dos dedos de ancho. Haced un sofrito con aceite en abundancia, un diente de ajo grande o dos pequeños y un buen pellizco de perejil. Cuando esté dorado añadid el bacalao, condimentadlo con sal y pimienta, mezclad para hacerle coger sabor y poco después añadid seis o siete cucharadas de la salsa de tomate del nº 125, o tomates a trozos sin la piel y las semillas, haced hervir despacio durante tres horas al menos, mojándolo con agua caliente añadida poco a poco y uniendo después de dos horas de cocción una patata cortada a dados.
Esta cantidad es suficiente para tres o cuatro personas. Es un plato apetitoso, pero no para estómagos delicados.
Un amigo mío, seguro de haber hecho algo rico, no vacila al invitar a unos grandes señores para comer este plato de almuerzo.
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