Las espinacas, sacadas del agua, hervidlas, en abundante agua, y recién retiradas del fuego volvedlas a poner en agua fresca. Escurridlas bien, cortadlas en trozos grandes, echadlas en la sartén con un trozo mantequilla y condimentadlas con sal y pimienta. Removedlas a menudo y cuando estén rehogadas añadid los huevos batidos y salad. Dorada por un lado, dadle la vuelta con un plato para volverla a poner en la sartén con otro trozo de mantequilla. A los huevos, si os gusta, podéis añadir una pizca de parmesano.
200 gr. de espinacas crudas, 40 gr. de mantequilla, entre las dos veces, y cuatro huevos, me parece la proporción más justa.
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