espinacas
Cuando
tengáis como hervido un pollo o un capón, mandadlo a la mesa con una
guarnición de arroz, que le va bien. Para no consumir mucho caldo,
blanquear el arroz en agua y terminad de cocerlo con el caldo de los
pollos.
Retiradlo duro y, cuando esté
casi cocido, dadle sabor con mantequilla y parmesano en poca cantidad;
pongamos que de arroz sean 200 gr, cuando lo retiréis del fuego ligadlo
con un huevo o, mejor, dos yemas.
Si
el arroz, en lugar de servir de guarnición al hervido de pollo, sirva a
un guiso de ternera lechal o a chuletas, añadid a los ingredientes
arriba indicados dos o tres cucharadas de espinacas hervidas y pasadas
por la estameña.
Tendréis entonces un arroz verde y más delicado.
Se puede dar mejor aspecto a estas guarniciones confinando el arroz dentro de un molde al baño maría, pero cuidaos de que no endurezca demasiado, que sería un grave defecto.
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