Toma ciruelas y ponlas en remojo en vino tinto, y extraeles los huesos, y trituradlas muy bien con un poco de almendras sin pelar, y un poco de pan braseado, o tostado, y puesto a remojo en el vino anterior donde estaban las ciruelas. Y todas estas cosas las trituraréis juntas con un poco de agraz, y de este vino antes usado, y un poco de arrope, o azúcar, que estarían mucho mejor desleídas y pasadas por la estameña poniéndoles alguna especia, especialmente canela.
Para hacer la piperada consultaréis el capítulo anterior en el cual se trata; y seguiréis cuanto allí se contiene.
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